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Por, Jacobo Allee
Editado por, Matt Slick

Algunas veces me pregunto si no deberíamos dejar que las personas crean lo que ellas quieren creer. O para colocarlo de otra manera: «¿No demuestra el evangelismo falta de amor debido a que usted está tratando de obligar a las personas a dejar sus creencias y aceptar las suyas?». En este tiempo, llamado de «tolerancia», existe una idea creciente de que las personas tienen la capacidad de creer lo que ellas quieren creer, y que todas las creencias son establecidas de forma igual. Decirle a alguien que lo que él o ella creen es equivocado, demuestra falta de amor, y bien, ¡es equivocado!

Claro está, que aquí, la contradicción es obvia

Si es equivocado decirles a las personas que sus creencias están equivocadas y creer que otros necesitan creer en Jesús como lo hacemos los cristianos, ¿por qué nos está diciendo que estamos equivocados por creer en lo que creo? Después de todo, la tolerancia no es la idea de que las creencias de todos y las ideas son igualmente ciertas. Mostramos tolerancia cuando estamos en desacuerdo, pero permitimos que las personas continúen con sus creencias sin usar tácticas de presión o amenazas de daño para coaccionarlos y hacer que cambien sus puntos de vista establecidos.

Para alguien que insista en que usted debe morir, o por lo menos experimentar algún tipo de retaliación si no cambia su punto de vista, sería, una muestra de falta de amor e intolerancia. Entonces, la pregunta es: «¿Es lo que los cristianos hacen cuando evangelizan?». ¡Por supuesto que no! Piense acerca de la inquisición española y otro tipo de atrocidades que se han hecho en el «nombre de Jesús» porque estaban en total rechazo a la inquisición. Tales actos atroces no son evangelismo bíblico.

El evangelismo cristiano –llevado a cabo con métodos bíblicos– es un acto de amor que busca persuadir por medio de la razón, la evidencia, las Escrituras y dependencia del Espíritu Santo para mostrarle a un incrédulo la verdad del evangelio; las buenas nuevas de Jesús. Como cristianos practicamos la tolerancia en el sentido clásico de la palabra y dejamos que otros sostengan sus propias creencias, aunque no estemos de acuerdo. No los amenazamos o dañamos de ninguna forma, sino que buscamos mostrarles a ellos que el cristianismo es verdadero y que las personas en todo lugar necesitan a Jesús para el perdón de sus pecados. Nadie nace cristiano; ninguna iglesia puede declarar a una persona por ritos externos como cristiano, porque todos somos pecadores que necesitamos a Jesús. En cierto momento de mi vida fui convencido de que el evangelio es cierto, y creo que todos necesitan ser conocidos por Dios, así como Él me conoció a mí.

Algunas veces, nuestros esfuerzos para persuadir a las personas hacia Cristo son vistos como agresivos o faltos de amor, pero las intenciones de nuestro corazón son por el bien de aquellos con quienes queremos compartir nuestra misma fe. Imagínese por un momento que ve a una persona que es, tanto ciega como sorda de pie en una carrilera; sin estar consciente de la proximidad de un tren dando la impresión clara de que esta persona no está en peligro. ¿Cuál sería su respuesta amorosa: dejaría que fuera arrollado por el tren o trataría de alguna manera de alejarlo del peligro? Obviamente la respuesta sería, alejarlo del peligro. De hecho, estaría de acuerdo que usted tiene una obligación moral para intentar salvarle la vida a esa persona.

Un individuo puede resistirle

Ahora bien, puede darse el caso que cuando se acerque a un individuo, se opondrá porque, después de todo, él no sabe quién es usted o por qué le insta a que se vuelva de su creencia. Usted parecería ser un inconveniente o inclusive, una amenaza para su bienestar, pero en realidad usted está llevando a cabo un acto de amor con sus mejores intenciones en su corazón.

Este es un gran ejemplo de evangelismo cristiano

Como cristianos, creemos que todos nosotros hemos pecado contra Dios (Romanos 3:23) y que somos culpables de quebrantar Sus mandamientos. Si no está seguro, le ruego que le lea los 10 mandamientos en Éxodo 20 y le pregunte si ha amado a Dios en todo tiempo más que otras cosas o si usted mismo siempre ha honrado a sus padres, si alguna vez ha mentido, robado, etc. Todos hemos quebrantado la ley de Dios y somos ante Él responsables por lo que hemos hecho. Dios es un buen juez; por lo tanto, Él no podrá permitir y no dejará que nos salgamos con nuestras injusticias. De la misma forma como un juez no puede simplemente perdonar a un criminal por robar, solo porque diga, «Lo siento», o porque ha hecho más bien que mal en su vida, Dios nos debe juzgar por haber quebrantado Su ley y hacernos responsables por lo que hemos hecho.

Pero Dios, no nos ha abandonado en nuestra condición. Él envió a Su Hijo (Juan 3:16) quien vivió sin pecado, cumplió Su misma ley por nosotros y murió en la cruz para pagar por nuestros pecados para que Dios Padre pudiera justamente perdonarnos de nuestras ofensas (Romanos 3:23-26) sobre la base de que Jesús fue un sustituto aceptable para todos que colocan su fe en Él. Debido a que Jesús es el único camino que Dios ha provisto para hacernos justos con Él, es importante que divulguemos el mensaje de lo que Jesús ha hecho para pagar por nuestros pecados y así, las personas puedan escuchar el mensaje, creer y ser salvos (Juan 14:6; Hechos 4:12). Como cristianos, queremos personas que sean capaces de venir a una relación correcta con Dios y conocer la paz con Él.

Nuestra motivación en el amor

Con frecuencia, las personas se ofenden contra los cristianos cuando compartimos nuestra fe tratando de persuadir a otros de dejar a un lado sus sistemas de creencias para que crean en Jesús motivados sólo por el amor. Si creemos que el infierno es real y que todas las personas merecen ir allí (incluyéndonos), pero que hay un solo camino provisto por Dios para que nuestra culpa y nuestro pecado sean quitados, entonces, no sería amoroso no compartir el evangelio y no evangelizar. Seríamos moralmente reprensibles si creyéramos en el infierno y en la justa ira de Dios contra los pecadores, y no compartir la esperanza del perdón encontrada sólo en Jesús. El evangelismo es un acto de amor de sus amigos de la familia cristiana. Sin importar si ellos acepten o no el mensaje de Jesús –y espero que lo acepten– sepa que los cristianos lo aman cuando comparten el mensaje bíblico de las buenas nuevas de Jesús.

Por Carlos E. Garbiras

Carlos Enrique Garbiras es Director general en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC). Actualmente, sirve en predicación y enseñanza de la Palabra de Dios en Bogotá, donde dirige además la Escuela de Estudios Teológicos MIAPIC.

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