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6 de diciembre de 2008
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Introducción a «El Unicitarismo y la Palabra ‘persona’»

La teología de la unicidad o unicitaria niega la doctrina de la Trinidad y afirma que hay una sola persona en la Deidad que se ha manifestado en tres formas diferentes: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas «formas» no son tres personas distintas, sino una persona que ocupó formas o modos consecutivos. Por otro lado, la Trinidad, es la enseñanza de que hay un Dios que existe en tres personas distintas y simultáneas. Pero esto no significa que existan tres dioses.

Definiendo Términos en el Unicitarismo y la Palabra «persona»

Al defender la doctrina de la Trinidad y al examinar la doctrina de la unicidad con respecto a la Deidad, es necesario, ante todo, definir los términos que se utilizan. Dado que la doctrina de la Trinidad establece que hay tres personas en una Deidad y la teología pentecostal de la Unicidad declara que solo hay una, primero necesitamos saber qué es una «persona» antes de tratar de descubrir si Dios se ha manifestado o no en tres o en una. Por lo tanto, debemos preguntarnos: «¿Qué califica a alguien como «persona»?

Ofrezco el siguiente análisis como un intento de definir adecuadamente la condición de «persona». Después del bosquejo, intentaré mostrar que la definición y las características de la personalidad se pueden aplicar tanto al Padre como al Hijo en un contexto que muestra que ambos existieron como personas al mismo tiempo, lo que demuestra que la teología de la unicidad es incorrecta.

¿Cuáles son las Cualidades y Atributos de ser una Persona?

  1. Una persona existe, y tiene identidad.
  2. Además, es consciente de su propia existencia e identidad.
    1. Esto excluye la condición de ser inconsciente.
  3. Una persona consciente de sí usará declaraciones como, «Yo soy», «mi», «mío», etc.
  4. Reconoce la existencia de otras personas.
    1. Esto es cierto, siempre y cuando haya otras personas en su entorno.
    2. Este reconocimiento incluiría el uso de declaraciones como, «usted es» («eres»), «usted» («tú»), «de ustedes», etc.
  5. Una persona posee voluntad propia.
    1. En una persona, la voluntad es la capacidad de elección consciente, decisión, intención, deseo y / o propósito.
  6. En la sola persona no pueden existir dos voluntades separadas y distintas al mismo tiempo sobre el mismo tema.
    1. Respecto al mismo tema, una persona puede desear o querer una cosa en un momento y otra en un momento diferente.
    2. Voluntades separadas y simultáneas implican personas separadas y simultáneas.
  7. Una persona tiene la capacidad para comunicarse bajo condiciones normales.
  8. Las personas no necesitan tener cuerpo.
    1. Dios el Padre posee una personalidad sin necesidad de un cuerpo de la misma manera que los ángeles.
    2. Hablando bíblicamente, al morir estamos «ausentes del cuerpo y habitar con el Señor» (2ª Corintios 5:8).
  9. Dios califica como persona en el sentido de que existe, es consciente de Sí mismo, tiene una identidad, usa términos como «Yo», «YO SOY», «Mi», etc. y posee una voluntad. La pregunta clave es si hay o no más de una «persona» en la Deidad.

«… aparta de mí esta copa …»

  • «Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:41-42).
  • «Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras» (Mateo 26:39).

En los anteriores versículos (que son pasajes paralelos), el contexto trata de Jesús en un lugar llamado Getsemaní, justo antes de Su traición. Estaba orándole al Padre por la terrible experiencia que estaba a punto de sufrir. Aquí, vale la pena destacar varios puntos:

Primero:

En Mateo, Jesús se dirige al Padre diciendo: «Padre mío …». Tenga en cuenta que Jesús dice «mío» y «Padre». Estas dos palabras designan una relación «tú y yo». No una de «yo-yo».

Segundo:

«si es posible» demuestra que Jesús está expresando un deseo o esperanza. ¿Cuál es este? «que pase de mí esta copa». De lo que está hablando Jesús es la prueba inminente que ha de pasar en breve, los azotes y la crucifixión. Jesús no quería pasar por esto. Y aunque lo tenía que hacer, estaba expresando un deseo como cualquier persona. Su voluntad era no tener que sufrir la dura prueba que tenía por delante. Si no fuera así, no habría expresado el deseo de pasar de Él esta copa.

Tercero:

Mateo 26:39, se registran las palabras de Jesús: «pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras». Lucas 22:42 registra: «pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Con esto, Jesús expresa Su voluntad y la contrasta con la voluntad del Padre. Sin embargo, Él está afirmando que, aunque no quiere sufrir lo que le espera, «sin embargo», se someterá a la voluntad del Padre, y no a Su propia voluntad.

Esto muestra que la persona de Jesús tenía una voluntad separada y diferente a la del Padre. Dado que tenemos dos voluntades simultáneas separadas, tenemos dos personas separadas y simultáneas, por esto y más el unicitarismo y la palabra «persona» es incorrecta.

El Unicitarismo y la Palabra «persona»: Preguntas Para Hacerles a los Unicitarios o Jesús Solo

  1. ¿Es Jesús su propio padre?
  2. Si la voluntad de Jesús y la voluntad del Padre eran idénticas (en un intento de demostrar que solo hay una voluntad), entonces ¿por qué Jesús expresó el deseo de pasar esta copa, pero se resigna, no a Su propia voluntad sino a la voluntad de Dios el Padre?
  3. En ese instante, ¿estaba Jesús orando a Él mismo?
  4. Si solo hay una «persona» activa y participativa, cómo podría Jesús estar afirmando, ¿«pero no se haga mi voluntad, sino la tuya»?
  5. ¿Estaba Jesús diciendo «no se haga mi voluntad sino la mía»? ¿Cómo podría ser esto si existen dos personas en el contexto?

Por Matt Slick

Presidente y Fundador del Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana. Matt obtuvo su Licenciatura en Ciencias Sociales en la Universidad Concordia, en Irvine, California en 1988. Obtuvo su Maestría en Divinidades en el Seminario Teológico de Westminster en Escondido, California en 1991.

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