Visite también nuestra Sección, Preguntas Acerca de la Iglesia
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Mucho se ha escrito sobre el tema del dinero en las iglesias que conforman el cuerpo de Cristo. Y el diezmo ha sido la parte central de este tema: que sí es bíblico, que no es, que es de la ley, que no es, que Jesús sólo habló del diezmo en el contexto judío, que los apóstoles no lo enseñaron en los libros del Nuevo Pacto, etc.

Pero a continuación presento un análisis de 2ª Corintios 9:6-12, pero por razones del contexto, iniciaré desde el capítulo 8.

Definitiva y, primeramente, existía una razón de peso por la que Pablo pone de ejemplo primeramente a los macedonios delante de los corintios; la segunda razón se refiere al ejemplo de Cristo (v. 9); y la última, trata sobre las evidencias del amor de los corintios y el motivo de la jactancia de Pablo y los otros hermanos mencionados en estos capítulos 8 y 9 extendiéndose hasta el versículo 5 del capítulo 9.

Capítulo 8: «La ofrenda para los santos»

  • vv. 1-2:
    • «Ahora, hermanos, os damos a conocer la gracia de Dios que ha sido dada en las iglesias de Macedonia; 2 pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad».

Las iglesias de Macedonia estaban «en medio de una gran prueba de aflicción». Pero, aun así, la gracia de Dios es dada permitiéndoles tener abundancia de gozo y aun en «su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad». Notamos que su liberalidad en el dar, no surgió naturalmente de ellos, sino de la gracia de Dios dada a ellos capacitándolos para ser instrumento de la «gracia» de Dios a otros.

La pobreza de estos santos, no era debido a una economía inconstante o a una caída de los precios en el comercio que los había convertido en pobres. Ni tampoco a la pésima administración dada al «crédito», o al endeudamiento más allá de sus capacidades. El contexto tampoco nos dice que era debido a que ciertos «negocios» les habían salido mal y sus inversiones se habían desmoronado permitiendo esta «pobreza». Su pobreza real tuvo el efecto, no de producir donaciones mezquinas, sino de abundar «en la riqueza de su liberalidad». ¡¡Qué contraste tan extraño!! Generosidad en medio de una pobreza real.

  • vv. 3-5:
    • «Porque yo testifico que según sus posibilidades, y aun más allá de sus posibilidades, dieron de su propia voluntad, 4 suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos; 5 y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios» (vv. 3-5).

Aquí no existe algún elemento externo o presión sobre dinero como el que acostumbramos a ver en las iglesias de este tiempo. Son estos hermanos quienes le suplicaron a Pablo y a los otros en medio de su pobreza, «el privilegio de participar en el sostenimiento de los santos». El v. 5 afirma que los hermanos no esperaban lo que recibieron. Más bien, superaron en creces lo que Pablo y los otros esperaban. Podríamos parafrasear esa situación: «No creo que vayamos a recoger mucho de estos hermanos pobres». Pero ¡¡qué enseñanza!!

Y la voluntad de Dios era que ellos se dieran primeramente al Señor y después a Pablo y a los otros:

“porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito” (Filipenses 2:13).

  • vv. 6-7:
    • «En consecuencia, rogamos a Tito que como él ya había comenzado antes, así también llevara a cabo en vosotros esta obra de gracia. 7 Mas así como vosotros abundáis en todo: en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos inspirado en vosotros, ved que también abundéis en esta obra de gracia».

Tito había iniciado la recolección de una ofrenda entre los corintios pero se había demorado en recolectarla. Por eso, el apóstol anima a Tito para terminar de completar en ellos esta gracia o servicio de ofrendar. Contrario a la iglesia en Corinto, en las iglesias de Macedonia ya se había recogido esta ofrenda en medio de su pobreza.

El v. 7 muestra a una iglesia en Corinto abundante en todo: «en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud, y en el amor que hemos inspirado en vosotros». Y el apóstol Pablo remata pidiéndoles que abunden ellos «en esta obra de gracia»; es decir, en el servicio de ofrendar.

  • v. 8:
    • «No digo esto como un mandamiento, sino para probar, por la solicitud de otros, también la sinceridad de vuestro amor».

Esta gracia que Pablo pide no lo hace como mandamiento, lo hace «para probar, por la solicitud de otros, también la sinceridad de vuestro amor». Es decir, el amor de los corintios.

  • v. 9:
    • «Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, sin embargo por amor a vosotros se hizo pobre, para que vosotros por medio de su pobreza llegarais a ser ricos».

¿Qué es esta «gracia» de Jesucristo? El acto de amor gratuito por el cual el Señor se despojó de Su gloria celestial anterior a favor de vosotros (Filipenses 2:5-10).

El Señor, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, y ahora somos «ricos». ¿En qué somos «ricos»? ¿En bienes materiales? ¿En bastante dinero en el banco o debajo de su colchón?

  • vv. 10-15:
    • «Y doy mi opinión en este asunto, porque esto os conviene a vosotros, que fuisteis los primeros en comenzar hace un año no solo a hacer esto, sino también a desear hacerlo. 11 Ahora pues, acabad también de hacerlo; para que como hubo la buena voluntad para desearlo, así también la haya para llevarlo a cabo según lo que tengáis. 12 Porque si hay buena voluntad, se acepta según lo que se tiene, no según lo que no se tiene. 13 Esto no es para holgura de otros y para aflicción vuestra, sino para que haya igualdad; 14 en el momento actual vuestra abundancia suple la necesidad de ellos, para que también la abundancia de ellos supla vuestra necesidad, de modo que haya igualdad. 15 Como está escrito: El que recogió mucho, no tuvo demasiado; y el que recogió poco, no tuvo escasez».

El apóstol menciona que lo que ellos iniciaron también lo habían deseado hacer. Pero era necesario acabarlo porque les convenía a ellos. El v. 11 termina en una clase de advertencia: «según lo que tengáis». Aquí no hay ningún tipo de presión o promesas de dádivas si dan más allá de lo que poseen. El v. 12 termina la cláusula anterior al afirmar en palabras sencillas, que es según lo que tenemos, no es lo que no tenemos. Por lo tanto, no se comprometan nunca económicamente con «pactos» de dar cierta cantidad de dinero que usted en ese momento particular no tiene. No lo haga, ni, aunque le digan que Dios le proveerá o que tenga fe. Eso no es fe. Eso es insolencia porque usted no sabe cómo será el día de mañana. No se deje engañar. Esos lobos de canales de televisión sólo están para robarle su dinero. Tal y como afirma el v. 13: «Esto no es para holgura de otros y para aflicción vuestra, sino para que haya igualdad». Como los de Corinto sí tenían abundancia, ésta abundancia supliría la necesidad de ellos. Y si en alguna otra ocasión ellos tuvieran escasez, la abundancia de ellos la supliría. ¡¡Qué sentido de igualdad!!

Éxodo 16:18 nos muestra un ejemplo claro de igualdad. Pablo lo recuerda en esta última porción del v. 15. El Señor Dios en el desierto dio una porción igual de maná a todos los israelitas, los avaros quisieron recoger más y se les pudrió. De este ejemplo podemos afirmar que los cristianos deberían promover igualdad por medio de la liberalidad, de modo que nadie careciera de lo necesario para la vida mientras otros tuviesen de sobra. ¿Pero es esto así?

  • vv. 16-18:
    • «Pero gracias a Dios que pone la misma solicitud por vosotros en el corazón de Tito. 17 Pues él no solo aceptó nuestro ruego, sino que, siendo de por sí muy diligente, ha ido a vosotros por su propia voluntad. 18 Y junto con él hemos enviado al hermano cuya fama en las cosas del evangelio se ha divulgado por todas las iglesias; 19 y no solo esto, sino que también ha sido designado por las iglesias como nuestro compañero de viaje en esta obra de gracia, la cual es administrada por nosotros para la gloria del Señor mismo, y para manifestar nuestra buena voluntad».

El apóstol reconoce que la preocupación de Tito es como la de él, y como estaba interesado aceptó el encargo de Pablo y dispuso su corazón para ir a visitarlos. Parece que el «hermano cuya fama en las cosas del evangelio se ha divulgado por todas las iglesias», es Lucas, el cual «también ha sido designado por las iglesias como nuestro compañero de viaje con esta gracia …». «esta gracia» se refiere a la ofrenda, y «alabanza» aquí no es la relacionada con la música; se trata de anunciar la buena nueva.

  • vv. 20-21:
    • «teniendo cuidado de que nadie nos desacredite en esta generosa ofrenda administrada por nosotros; 21 pues nos preocupamos por lo que es honrado, no solo ante los ojos del Señor, sino también ante los ojos de los hombres».

La administración de esta ofrenda está bien clara en la mente de Pablo: «pues nos preocupamos por lo que es honrado», ante Dios primeramente y los hombres seguidamente. La transparencia en la administración del dinero de las ofrendas en muchas mal llamadas iglesias cristianas, no tienen en mente las cosas honestas. ¿Para quién va el dinero que usted ofrenda? ¿Para los santos necesitados de la iglesia? ¿Tal vez las viudas o los huérfanos?

  • vv. 22-24:
    • «Y con ellos hemos enviado a nuestro hermano, de quien hemos comprobado con frecuencia que fue diligente en muchas cosas, pero que ahora es mucho más diligente debido a la gran confianza que tiene en vosotros. 23 En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre vosotros; en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo. 24 Por tanto, mostradles abiertamente ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestra razón para jactarnos respecto a vosotros».

Estos tres últimos versículos podríamos leerlos en la Traducción en lenguaje actual para una mejor comprensión:

  • «Con ellos dos les enviamos a otro seguidor de Cristo que, muchas veces, y de distintas maneras, ha mostrado su deseo de ayudar. Ahora más que nunca desea hacerlo, pues confía mucho en ustedes. 23 Recuerden que Tito es mi compañero, y que trabajamos juntos para ayudarlos. Recuerden que los otros dos seguidores que van con Tito son enviados por las iglesias y honran a Cristo. 24 Por eso, demuéstrenles su amor, para que las iglesias que los envían sepan que teníamos razón de estar orgullosos de ustedes».

Resumen del capítulo 8

¿Por qué estaban ofrendando los de Macedonia? ¿Tal vez Pablo les estaba ofreciendo una siembra y una cosecha económica sobreabundante? ¿Tal vez «sembraban» para tener más dinero y así poder pagar sus desordenados compromisos económicos? ¿Sería un pacto que Pablo les ofrecía para la «salvación de sus hijos o de sus hijas»? ¿Tal vez la de una esposa o esposo no cristiano para que fuera conocido por Dios?

No. Pablo usa a las iglesias de Macedonia como ejemplo para los de Corinto, que, aunque sobreabundaban en todo, les hacía falta participar en el servicio de esta gracia: Dar en medio de la abundancia que tenían en contraste con las iglesias de Macedonia.

Capítulo 9

Este capítulo inicia así:

  • v. 1:
    • «Porque me es por demás escribiros acerca de este servicio a los santos».

Aquí, el apóstol vuelve a retomar el punto «de este servicio a los santos». Este v. 1 debe tenerse en cuenta también para cuando lleguemos a los versículos 6 en adelante.

  • vv. 2-5:
    • «pues conozco vuestra buena disposición, de la que me glorío por vosotros ante los macedonios, es decir, que Acaya ha estado preparada desde el año pasado; y vuestro celo ha estimulado a la mayoría de ellos. 3 Pero he enviado a los hermanos para que nuestra jactancia acerca de vosotros no sea hecha vana en este caso, a fin de que, como decía, estéis preparados; 4 no sea que algunos macedonios vayan conmigo y os encuentren desprevenidos, y nosotros (por no decir vosotros) seamos avergonzados por esta confianza. 5 Así que creí necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y prepararan de antemano vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia».

En el v.2 Pablo declara que conoce la «buena disposición» de ellos en la cual se gloría delante de los macedonios. En los vv. 3-5 note algo muy interesante: Pablo, envía con anterioridad «a los hermanos» y les advierte «que nuestra jactancia acerca de vosotros no sea hecha vana». En otras palabras: Si con él viajaban algunos macedonios (v. 5) y no se recogía la ofrenda por estar «desprevenidos», dejarían mal a Pablo, a quienes iban con él y lógicamente a los que supuestamente estaban encargados de recoger la ofrenda. En palabras simples y parafraseadas: «Ojo santos. No me vayan a quedar mal con esta ofrenda. Mucho he hablado de ella ante otros. Por favor, recuerden: No vayan a traicionar mi confianza».

La exhortación

Aquí viene la exhortación y enseñanza que Pablo les da a los de estas iglesias. Revisemos nuevamente el v.5:

  • «Así que creí necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y prepararan de antemano vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia»:

Este versículo habla de lo que tuvo qué hacer Pablo: Envió primeramente «a los hermanos» para que «prepararan»: (1) «vuestra generosa ofrenda ya prometida» y (2) «para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia».

Note cómo Pablo en este versículo que sirve de antesala a los siguientes versículos, envío hermanos para que «prepararan» literalmente la generosidad que ellos habían prometido. «No se les olvide. Y recuerden, esto NO lo exigimos nosotros. Esto salió de ustedes». Pablo aclara este punto. ¿Pero qué podemos ver entonces hasta ahora? Algo muy simple: Pablo tenía temor de que NO estuvieran preparados para dar.

Aquí quiero actuar con sentido común y lógico. Pablo en el capítulo previo (8), venía hablando de la gracia que Dios había dado a la iglesia de Macedonia, de la tribulación, de la abundancia de gozo, de cómo su «profunda pobreza» había abundado en «riquezas», etc. Pero ya en este momento de la carta, Pablo había decidió mandar a unos hermanos de primero para que quienes habían prometido el donativo NO le fueran a fallar en recogerlo. E inmediatamente después viene la exhortación de un padre a sus hijos:

  • «Pero esto digo: Él que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. 7 Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito: Él esparció, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre. 10 Y el que suministra semilla al sembrador y pan para su alimento, suplirá y multiplicará vuestra sementera y aumentará la siega de vuestra justicia; 11 seréis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios. 12 Porque la ministración de este servicio no solo suple con plenitud lo que falta a los santos, sino que también sobreabunda a través de muchas acciones de gracias a Dios».

Ahora bien, si tomáramos estos versículos con el correspondiente contexto estaríamos, indudablemente, aplicando una ley espiritual; no se puede negar. Pero NO de una sobreabundancia sin límites como la que enseña la doctrina herética de la prosperidad. O del «sembrar» un porcentaje de sus deudas por ser pésimo administrador; o para «pactar» con Dios la salvación de sus hijos o familiares cercanos; u obtener en el «altar», «pozos» de sobreabundancia. Me explico: La correspondencia entre lo sembrado a los santos necesitados (NO para obtener riqueza), y lo segado tiene aplicación en el terreno ESPIRITUAL; NO en el MATERIAL DE LAS CUENTAS ABUNDANTES, BILLETERAS LLENAS Y LOS BIENES Y PROPIEDADES QUE PROMETEN ESTOS PREDICADORES DE LA PROSPERIDAD.

  • «Hay quien reparte, y le es añadido más, y hay quien retiene lo que es justo, solo para venir a menos» (Proverbios 11:24).
  • «Dad, y os será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en vuestro regazo. Porque con la medida con que midáis, se os volverá a medir» (Lucas 6:38).
  • «No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna» (Gálatas 6:7-8).

Regresando al v.8 literalmente sería: «Pero Dios puede hacer que abunde toda gracia en vosotros a fin de que, teniendo siempre toda la suficiencia en todas las cosas, podáis abundar para toda buena obra».

¿Qué significa la palabra «suficiencia»? Si la miramos en el idioma español, la misma significa: «Bastante, adecuado para cubrir lo necesario». Y «bastante» significa: «Que basta, lo suficiente». ¿Hay una sobreabundancia? ¿O hay simplemente bastante para cubrir lo necesario? Esto no es un juego de palabras. Dios siempre hará, primeramente:

  • Que abunde toda gracia en nosotros;
  • Que tengamos siempre lo suficiente en todo;
  • Para abundar en toda buena obra.

¿Será que «abundar en toda buena obra» incluye mi cartera abultada de dinero para comprar todo lo que se me antoje? ¿Será para pagar deudas por ser pésimo administrador? ¿Para comprar la seguridad de la salvación de mis hijos, y nietos y bisnietos?

Ahora bien, si miramos el contexto: ¿En cuántas iglesias actuales se presta este «servicio para los santos»? ¿Alguna vez hemos pedido la lista de los «misioneros» que son sostenidos por nuestras iglesias o de esas cadenas de televisión que envían misioneros a los campos blancos y ver así adónde va ese dinero? ¿O acaso sostiene a TODAS las viudas de la Iglesia como dice la Escritura? ¿O qué hay de los huérfanos? ¿No somos todos reyes y sacerdotes con derecho también de recibir?

Si usted cree en la doctrina de la prosperidad, de forma espiritual y como enseña la Biblia, y si se siente cargado por esta «pedidera», más bien, órele al Señor, que le muestre en qué lugar ofrendar/donar para «la ministración de este servicio» (1ª Corintios 9:12), el cual «no solo suple con plenitud lo que falta a los santos, sino que también sobreabunda a través de muchas acciones de gracias a Dios» (1ª Corintios 9:12). Pero no lo haga esperando que le llegue la «lotería» divina o que con esto usted pacta un «pozo» de «sobreabundancia» sin fin.

Finalmente, y si en su iglesia no hay misioneros, no hay evangelismo, no hay campos blancos dónde trabajar, órele también a Dios y que le muestre en qué lugar SÍ se llevan a cabo estas actividades y deje su ofrenda para esos santos que están haciendo el trabajo que usted no puede hacer pero que por gracia decide participar abundantemente.

Y recuerde las palabras del Señor en Filipenses 4:17: “Busque que su fruto aumente para su cuenta en el cielo”.

Por Carlos E. Garbiras

Carlos Enrique Garbiras es Director general en Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana (MIAPIC). Actualmente, sirve en predicación y enseñanza de la Palabra de Dios en Bogotá, donde dirige además la Escuela de Estudios Teológicos MIAPIC.

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